viernes, 23 de enero de 2015

Profesor de piragüismo

Siempre que termino una asignatura le pido a mis alumnos que me hagan una crítica de mis clases. Creo que la única manera de mejorar es medir y escuchar cómo te ven los demás. Después de leer la crítica de Elena Mora Navas me he dado cuenta de que, para algunos de mis alumnos, soy su "profesor de piragüismo".

A continuación, reproduzco el texto de Elena.


Crónicas de periodismo especializado en piragüismo
 
No fuimos el primer día de clase. Un compañero que había tenido clase con Arturo Gómez Quijano el año anterior nos contó que hacía que te presentaras delante de toda la clase. Nos daba vergüenza. Sí, somos periodistas vergonzosos. Preferimos ir el segundo día para evitarlo. No lo conseguimos y, lo mejor, es que nos arrepentimos de no haber ido a la clase anterior: fue la mejor presentación que hemos tenido nunca, al menos en estos cuatro años de carrera previos. El profesor abrió una puerta y nos invitó a entrar.

Aulario Facultad CC. Información. Foto: @ArturoGomezQuij
Y entramos, vaya que sí. Una práctica semanal y un invitado especial cada jueves. Los miércoles nos hacían pensar y los juernes –para algunos- invitaban a soñar. Eran clases de piragüismo. Empezábamos hablando de la actualidad y acabábamos hablando de la historia oculta del Toro de Osborne. Comentábamos cosas muy chulis y nos empapábamos de la actitud periodística de profesionales del sector. El periodismo cultural, científico, fotográfico y hasta gastronómico han sido los protagonistas durante este cuatrimestre. Lo que pasa fuera de la facultad, también.

Si algo que aprendido de piragüismo, han sido dos cosas: 1) ganas de pensar y 2) ganas de actuar. Miércoles y jueves, respectivamente. Una de las cosas que más me han gustado: los invitados eran compañeros, ninguno estaba por encima del otro (aunque algunos fueran recibidos en un espacio distinto); así, el recién licenciado emprendedor tenía la misma importancia que el antiguo subdirector de ElMundo.es. Y todos tenían algo que enseñar.

Si algo he aprendido de piragüismo es que el periodismo está en la calle, no en un ordenador; que las cosas se pueden contar y rentabilizar de forma diferente; que la realidad no es como nos la cuentan y que los periodistas somos una bala perdida, en el mejor de sus sentidos.

Si algo he aprendido de piragüismo es que en la carrera –periodística- puedes aprender o aprobar; puedes hacer las cosas bien o mediocres; puedes ser alguien o no; puedes hacerte un hueco o relegarte; puedes vivir del periodismo o conformarte.

Si algo he aprendido de las clases de Periodismo Especializado en Ciencia y Cultura, piragüismo o como se llame, es periodismo de verdad. Y, lo más importante: consigue dar a sus alumnos la fuerza que otras materias y profesores les quitan. Ojalá, el día de mañana, pueda ser una de esas invitadas que Arturo Gómez Quijano lleva a clase para contar su experiencia laboral y vital que es la periodística.

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