sábado, 27 de junio de 2009

Formación y relaciones, las dos palancas para diferenciarnos en nuestra carrera

Estamos saturados de crisis y de problemas. Sobre todo de errores de otros que no podemos ni entender ni solucionar. Pero lo que sí podemos hacer es intentar mejorar nuestro entorno y luchar por nuestra propia carrera profesional. Para ello tenemos dos palancas que nos pueden ayudar a progresar y a diferenciarnos: formación y relaciones.
Antiguamente quienes podían hacían una carrera universitaria. Eso les permitía diferenciarse y convertirse en una élite que se repartía las mejores posiciones sociales. Nunca más volverían a un aula... a no ser que se hiciesen profesores. Luego la universidad se democratizó y hoy una amplia parte de la población tiene una carrera universitaria. Pero la carrera ya no diferencia. Ahora volvemos a las aulas y hacemos un máster o un postgrado que aún diferencian, pero por poco tiempo.
Creo que la diferencia importante no es que todo el mundo pueda acceder a un título universitario, o que el nivel de diferenciación esté en el máster. Desde mi punto de vista, la auténtica diferencia con la época de nuestros padres y abuelos es que ahora nos tenemos que formar permanentemente. Esto es lo diferencial. Tenemos que estar al día, tener la formación adecuada en cada momento de nuestra carrera profesional.
Pero la formación continua no es asistir a cursos o tener títulos como algunos creen. Es una actitud interior de seguir aprendiendo y progresando. Una actitud que nos permitirá afrontar nuevos retos profesionales cuando estos lleguen. Es estar por delante, es acceder hoy a la formación que vamos a necesitar mañana. Porque cuando la necesitemos mañana no nos la podremos inventar de un día para otro y no tenerla nos cerrará nuevas puertas, nos bloqueará nuevas opciones. Para las oportunidades de mañana tendremos que empezar a formarnos hoy. Busque hoy, apueste, por lo que cree que va a necesitar mañana. ¿Un MBA? ¿un GESCO? ¿Un doctorado? ¿Un experto en comunicación? No lo sé, quizá lo que necesitamos es algo más a medida: aprender inglés de una vez, terminar esas asignaturas de la carrera, dominar un programa informático o una aplicación, aprender a hablar en público... Yo no lo sé, pero usted seguro que sí lo puede saber. Búsquelo y hágase un plan a su medida.
Y si la formación es una actitud interior, las relaciones es la actitud exterior que va a necesitar para progresar. Es conocerse y comunicarse, abrirse, mostrarse, exponerse, arriesgarse. Son las relaciones con las personas, que conoce y que pueda conocer, las que le van a ofrecer nuevos retos, nuevas oportunidades. Usted vale lo que valgan sus relaciones. Cuídelas, provóquelas, auméntelas. Nadie va a venir a su casa a buscarle. Tiene que salir fuera y decirle al mundo que no sólo está preparado sino que además quiere y está comprometido para un nuevo reto profesional que le haga crecer en su carrera.
Pero no me malinterprete. No digo que sea fácil, digo que es necesario diferenciarse. Cada vez hay más gente preparada que puede hacer lo mismo que usted, mejor que usted, antes que usted o más barato que usted. Parece también que cada vez hay menos opciones y cada vez más gente. Pero eso es tan solo una apariencia, una falsa percepción. Cuando escarbas un poco todos los candidatos ofrecen lo mismo, son casi todos equiparables, iguales, como si estuvieran hechos en serie. Por eso lo que necesita es diferenciarse y quizá las únicas diferencias que le quedan van a ser anticipación y visión de futuro en una formación a su medida y sus relaciones personales con las que pueda contar. Formación y relaciones. Parece poco, pero es mucho. Es diferente.

domingo, 14 de junio de 2009

La comunicación: una asignatura pendiente de ejecutivos y escuelas de negocio españoles

La comunicación es todavía una asignatura pendiente para los ejecutivos españoles. En un gran evento de marketing reciente tuve la oportunidad de volver a constatar esta afirmación. Era una conferencia de cierre del acto. Una oportunidad única, para cualquier ejecutivo, de comunicarse con una selección de profesionales de marketing y comunicación. Lógicamente, el ejecutivo cerraba el acto porque era el principal patrocinador del mismo. Su compañía, una multinacional centenaria, es uno de los primeros presupuestos de comunicación en todos los mercados desarrollados.
Cuando llevaba unos minutos hablando, mi vecino de silla y yo nos miramos atónitos. No podíamos dar crédito. Estaba leyendo una presentación que alguien le había preparado y que nosotros veíamos en la pantalla. No se salió ni una vez del guión. No levantó la cabeza ni una vez. Los que nos levantamos fuimos nosotros, para salir inmediatamente de la sala. Nos estábamos poniendo muy nerviosos y no podíamos perder más el tiempo.
Es una lástima. Más de 1.000 altos profesionales del sector de la comunicación a tu disposición y pierdes el tiempo, tuyo y suyo, leyendo algo que está colgado de tu página de internet. No ocurre lo mismo cuando nos encontramos, por ejemplo, con un ejecutivo norteamericano. Siempre sabe comunicar. Siempre domina la técnica. En la distancia corta, en la media y en la larga. Siempre sabe hablar en público, siempre sabe captar nuestra atención y siempre nos llega su mensaje. Esta asignatura la tiene aprobada. Y con nota. Nosotros no. Ni siquiera las grandes escuelas de negocio españolas se la plantean. La comunicación es nuestra gran asignatura pendiente. En nuestra mano está aprobarla.

sábado, 13 de junio de 2009

Un libro práctico de comunicación para ejecutivos

Este blog quiere ser la vida en la red, la extensión virtual, de un libro titulado "Comunicación para ejecutivos". El título es muy genérico, pero muy descriptivo de lo que quiere ser: una ayuda para la comunicación de quien hace cosas. Ejecutivo es aquella persona que hace algo y que no permite que se difiera su ejecución, como nos dice la Academia.
Como aportación pedagógica se desarrolla el concepto de "las tres distancias de la comunicación en las organizaciones". Es decir, la técnica de comunicación a aplicar es distinta según la distancia que nos separa de nuestro interlocutor. Y tendremos que llenar y recorrer esa distancia hasta él.
La distancia corta es la que tenemos en la comunicación con individuos. La utilizamos para dirigir personas.
La distancia media es la de nuestra comunicación ante grupos. Nos sirve cuando tenemos que hablar en público.
La distancia larga es la que hemos de tener en cuenta en la comunicación para audiencias. La necesitamos en nuestras relaciones con los medios de comunicación.
Se trata de un libro práctico, también ejecutivo. No encontrará teorías académicas, sino ideas prácticas para aplicar en su comunicación en el trabajo diario.
Esta página quiere servir de cauce de expresión entre el autor y las personas interesadas en la "Comunicación para ejecutivos".
Muchas gracias por su interés.